Wednesday, April 28, 2010

¡Recuerdos!, ¡Recuerdos!, ¡Recuerdos!....

"Recordar, es volver a vivir."

Todos tenemos recuerdos. No todos son malos; pero también, no todos los recuerdos son beneficiosos. En nuestros archivos memoriales guardamos palabras, imágenes, pasajes completos de nuestra vida; y mientras mas años de edad tenemos, mas recuerdos acumulamos. Lo cierto es que hay que saber manejar los recuerdos y tener un control propio sobre ellos. Es cierto, este dicho, pero depende de los ojos con que mires la vida cuando dichos recuerdos vuelven.

Nadie puede dejar de recordar, pero muchos pueden dejar que sus recuerdos no les hagan daño y algunos hasta puede ser que los entierren definitivamente.

Hay recuerdos buenos y malos, por el momento, me refiero a los recuerdos que de alguna manera nos descomponen o nos desalientan. Otro dicho dice: “Donde hubo fuego, cenizas quedan.” Es cierto, y las cenizas de una experiencia, son los recuerdos. No es bueno revolver las cenizas, porque estas manchan y contaminan.

Los recuerdos vívidos de situaciones difíciles pueden superarse con la manera en que miramos la vida. Por ejemplo: Puedes recordar una experiencia de pobreza, y ver la vida con entusiasmo y luchar para que esa experiencia del pasado te impulse a superarte. Una experiencia emocional negativa, puede cambiarse a una nueva y positiva perspectiva en las relaciones interpersonales. Un recuerdo decepcionante puede ser visto como una prueba a tus capacidades del pasado, capacidades que has superado y que día a día mejoras. “La vida no es color de rosa.” Pero para algunos a pesar de las espinas y las inclemencias del tiempo, en su momento pueden ver felizmente realizados sus propósitos y sus frutos de perseverancia.

Algunos dicen que hay “recuerdos que matan.” Quizá porque algunos recuerdos siempre traen un mal sabor de boca. A veces los recuerdos vienen en tiempos donde bajamos la guardia mental o emocionalmente. A veces los recuerdos vienen por medio de nuestros sentidos: Una canción, un lugar especifico, una película, etc. Si un recuerdo te trae dolor, ¡deséchalo!. Si te trae amargura, enojo, o sencillamente te hace cambiar de ánimo, brega contra ello tomando aliento con tus acciones positivas.

Si en algunos momentos de ocio, esos recuerdos te hacen vivir situaciones del pasado, ocúpate, y busca llenar tu tiempo con algo que anule o cancele tal malestar que el recuerdo te trae. Toma un buen libro y léelo. Socialmente intercambia buenas y sanas conversaciones con tus amigos. Eso puede ayudar a vencer los recuerdos nocivos y traer los recuerdos que hemos hecho acumular en tiempos de provechosa ocupación.

Jesús dijo una vez: ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? Marcos 8:18. Jesús se refirió a la manera tan fácil de olvidar cosas importantes del pasado. Sus oyentes eran unos de ellos, habían olvidado como Dios fue bueno y preservó la vida y la bendición para sus antepasados. Increíblemente, esos recuerdos los habían dejado en el olvido.

También hay cosas positivas que recordar. Aun cuando pensamos en tiempos difíciles, Dios nos da la oportunidad de recordarlas, para vivir confiados y esperanzados en el control que El tiene de todas las cosas. Si sentiste el rechazo de amigos, o familiares alguna vez; al recordarte de eso, piensa que vives, que respiras, que tienes un futuro por delante. Sobre todo, que Dios está sosteniendo tu vida, porque El te la dio, la mantiene y la sustenta por su gracia y misericordia infinita.

¡Recuerda!, ¡Recuerda! Y ¡Recuerda!, pero siempre toma en cuenta a Dios, porque El es quien te da la oportunidad de vivir!...

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