Saturday, May 15, 2010

Palabras que matan

El pez por su propia boca muere.

Yo se que en muchas ocasiones nos damos cuenta que hablamos mas allá de lo debido. Es algo que, pudiendo evitarlo, no podemos hacerlo, y nos cuesta. Es algo así, como si no tuviéramos control de las palabras que salen de nuestra boca, y no medimos las consecuencias que éstas traerán. - ¡Claro! Hay quienes si pueden controlarse, y muchos han podido lograr ese dominio propio de la boca cuando tienen que usar sus palabras; sin embargo, otros no.

El pez por su propia boca muere.” Este es el dicho que figura lo que muchas veces hacemos con la boca, al utilizar nuestras palabras. Veámoslo de esta manera: El dicho se refiere al pez que cae en el anzuelo de un pescador. El instinto del pez por el hambre lo lleva directo a la carnada del pescador, sin saber que esa comida cubre un objeto peligroso que lo sacará de su medio ambiente. De esta forma, el pez cae en la trampa, y por su propia boca es cautivado para llegar a las manos de su victimario.

Es muy común en Jurisprudencia, en el ambiente de abogados y fiscales, Jueces y jurado, el análisis de palabras dichas por todos los involucrados dentro del proceso judicial de una persona. Los noticieros, refieren literalmente lo que “equis” persona dijo para reafirmar la noticia del momento. Los libros son populares o atractivos por el pensamiento del escritor expuesto en las palabras que escribió.

Muchos recordarán la frase célebre que hizo noticia en televisión, cuando un alto mandatario le dijo a un presidente Sudamericano: “Por que no te callas.” – Ocasionalmente, quisiéramos que nos dijeran eso para detenernos y recapacitar. Esporádicamente, también quisiéramos decírselo a alguien en particular, porque ya nos tiene enfadado con todo lo que dice. Además, una cosa es lo que decimos, y otra cosa es, lo que pensamos. Una cosa es lo que dicen las palabras, y otra cosa es lo que hay detrás de lo dicho a través de las palabras. Y por último, una cosa es lo que se dice, y otra cosa es como la interpretan los oyentes.

Las palabras transmiten lo que realmente sale del corazón. Si en el corazón hay verdad, saldrá verdad, Si hay mentira, saldrá mentira. No habrá manera de comprobarlo, sino hasta que llegue el momento de descubrir lo que realmente se dijo, y cómo se dijo. Será entonces, cuando saldrá a la luz la realidad. El gran Maestro Jesucristo, dijo: “Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.” Mateo 12:37.

A través de las palabras que decimos podemos herir o sanar. También podemos levantar o derribar. Las palabras son el medio por el cual nos comunicamos. Y en el idioma que sea, las palabras existen y pueden matar o dar vida. Las palabras tienen el poder de aclarar dudas, o confundir. De acuerdo como se usen las palabras, ellas transmitirán objetivamente un mensaje, o darán lugar a malos entendidos, distorsión y una mala concepción de las cosas. Por otro lado, nuestras palabras llevarán sensatez o desatino, riqueza o pobreza, medicina o veneno, bendición o maldición, y muchas otras cosas mas.

Los Proverbios de Salomón se refieren a las palabras de una manera sabia, porque nos hace reflexionar. He aquí una lista de ellos:

Te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios.” Proverbios 6:2.

En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente.” Proverbios 10:19.

Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.” Proverbios 12:18.

En toda labor hay fruto; mas las vanas palabras de los labios empobrecen.” Proverbios 14:23.

La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.” Proverbios 18:21.

Las palabras pueden tejer una red o una maraña de cosas en donde quedemos atrapados. Las palabras pueden hacer una cadena interminable de situaciones, que después será difícil romper. Se dice muy comúnmente: “Lo dicho, dicho está.” Eso significa que tal y como salió de la boca, así se quedó en el ambiente, y nadie podrá cambiarlo.

Cuidemos nuestra manera de hablar para no tener las consecuencias negativas de las palabras que utilicemos en nuestra comunicación diaria. Recuerda: Hay palabras que matan, pero también, hay palabras que dan vida.

Jesucristo dijo: “…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” Juan 6:63.

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